La limpieza rápida y sencilla de un cable óptico implica unos sencillos pasos para garantizar que no se dañe y sea funcional. He aquí cómo hacerlo:
Antes de limpiar, desconecte el cable óptico de ambos extremos (por ejemplo, de su televisor, sistema de sonido o cualquier otro dispositivo).
Revise el cable en busca de suciedad, polvo o daños visibles. Preste especial atención a los conectores.
Aire comprimido: si hay polvo dentro del conector, use una lata de aire comprimido para soplarlo. Mantenga la lata a una ligera distancia para evitar dañar el conector.
Paño húmedo: Para el cable en sí, use un paño ligeramente húmedo para limpiarlo. Asegúrese de que el paño esté ligeramente húmedo para evitar que el agua entre en los conectores.
Secarlo: Después de limpiar con un paño húmedo, pase por el cable con un paño seco para eliminar la humedad.
Maneje el cable suavemente para evitar doblarse o torcerse, lo que podría dañar las delicadas fibras del interior.
Si necesita guardar el cable, enrolle de forma suelta sin curvas pronunciadas y asegárelo con una atadura de cable o una correa de velcro para evitar que se enreden.
Una vez limpio, conecte cuidadosamente el cable de nuevo en sus dispositivos, asegurando un ajuste perfecto.
Estos pasos deberían ayudarlo a limpiar rápida y eficazmente su cable óptico sin causar ningún daño.